tag:blogger.com,1999:blog-57803773710421585582023-11-25T02:36:15.711-08:00Cartas SelenitasBlog personal del escritor Carlos Vera ScamaroneCarlos Vera Scamaronehttp://www.blogger.com/profile/13779695851264789709noreply@blogger.comBlogger2125tag:blogger.com,1999:blog-5780377371042158558.post-31960764730285977212018-12-17T20:15:00.000-08:002018-12-17T20:17:58.252-08:00El señor de la calle Saxe<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
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Los vientos me llevaron lejos este año. Creo que es la inevitable repulsión a quedarme quieto, en un solo lugar. Salvo, por la necesidad de tener un terruño y arraigo, el viaje en busca de historias ha sido un placer que he degustado en los últimos años. Bueno. Desde que puedo pagarme los billetes de avión. Así, en este último año visité Europa por tercera vez. De Europa me enamoré de París. De París me enamoré de dos peculiaridades. La primera fue la amabilidad con el extranjero que desea saber de su historia. Segundo, de la propulsión al saludo matutino, vespertino y noctámbulo. Un tercer punto pero no tan importante, son los anuncios del metro. Aquella voz masculina o femenina que anuncia unos quince segundos antes de llegar a la estación.<br />
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Nos sucede cada vez que visitamos París, que el primer paso en migraciones nos ha sido propicio gracias a una sonrisa. A esto se suma mi dificultad para ceder ante la presión de los consejos. No. A veces el consejo del metro lo cambio por el del tren bala, y terminamos varados en Lille, al extremo opuesto a nuestro destino. Lille es una ciudad pequeña con una gran historia. Irrumpe en la cultura revolucionaria pues sus condados antes formaban parte de los pocos pueblos celtas, luego los británicos. Cerca a Lille se encuentra Arrás, el lugar donde nació y vivió uno de los tiranos más celebres: Robespierre. Gracias a ese involuntario (o a drede) extravío, inicié la investigación sobre la historia de la salud mental en la revolución francesa (Lisboa 2019). De Lille también me llevo la grata experiencia de Amelia, una parisina que curiosamente se iba a Lille con un equipaje de mano, y notó nuestra desesperación. En inglés, ella nos ayudó a conseguir los boletos de retorno. Amelia llevaba un traje negro, que hacía juego con el color verde de sus ojos, un verde que se parecía mucho al tono de las praderas de Arras, y del . TGV. Al llegar a nuestro destino, y un vez instalados, no pude dejar de notar el color amarillo de las hojas de otoño. Ese otoño que tapizaba cada rincón, o que nos acompañaba en nuestros pasos. Tal vez un amarillo que pisó Marat, o que Maria Antonieta hizo volar con su carruaje.<br />
De los lugares donde estuve me quedo con Saint André Des Ars, una calle artística donde hay un hotel de una estrella sin ascensor. En ese hotel hay una banca que lleva las marcas donde se apoyaban los florines de los mosqueteros para su afilada diaria. Frente a esa banca hay un antiguo coro, tal vez robado de alguna iglesia. Al lado, la recepción lleva la premura de Bernard, el administrador amable, sapiente de historias antiguas de París, que en perfecto francés, lento, narra como el "Corazón de comercio" e convirtió en el único lugar del planeta donde tres declaraciones nacieron para camiar la historia. Bernard tiene los ojos hundidos, y es jocoso, como lo son los anuncios sobre ropa en Bretueil.<br />
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Un día, llevados por las ansias de comprar en el mercado Saxé - Bretouil, donde atiende una señora italiana que vende gafas de sol baratas, con una sinceridad propia de una gitana, decidimos tomar el metro (linea 10) a Saxé, para lo cual había que bajar en Sevres. Los anuncios nos amenizaban la mañana. En la estación, un señor tocaba un saxofón, con gran destreza.<br />
Luego caminamos por Suffren, hasta pasar por una panadería, delicioso aroma, y llegamos a Segur. Luego, por Perignon hasta la segunda cuadra de Saxé. Ahí, justo a la mitad, el puesto de la señora italiana de gafas de sol ahora estaba atendido por su hija. Le falta tacto. Falta el encanto de la gitana. Pero unos metros allá, respetando la cola, estaba el especiero. Su cualidad: saludar con un prolongado "¡Bonjour!" para luego demostrar como funciona el moledor de pimienta. Mis hijas pequeñas, estaban encantadas del señor. "Pepper, Morocco" me dijo. "Oui" respondí. Solo pagué. Mis hijas tenían su moledor de pimienta para la abuela. Luego caminamos para olisquear los manjares franceses. A veces creo que solo vamos a París para comprar en el mercado Saxé, Y a partir de este año, por su amabilidad, comprar especias donde el señor del bigote de la pimienta, cerca a la hija de la señora italiana.<br />
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El resto se resume en sacar objetos encallados en Trocadero, ver como se hincha la boca con los helados de Saint Germain, imitar a los peces del Acuario y pasar la tarjeta del metro. Ah, también, encontrar signos illuminatis en el corazón de comercio para luego sucumbir ante el puesto de dulces del monumento de Dantón. Eso es París y su amabilidad.<br />
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También fui a Santiago, el cual tiene un hotel hermoso: El Che Lagarto. Fui a ver a Lorenna McKennitt. Luego, el resto se resume en una estadia pasajera.<br />
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En fin, de mis viajes me quedo con la calida amistad de los dominicanos, las medialunas de Buenos Aires, los churros de la plaza mayor de Madrid, la cultura de los catalanes, y de Paris, la chica de ojos verdes de Lille, y el señor de la calle Saxé, cerca a Bretuil.<div class="blogger-post-footer"><fb:like href="http://cartasselenitas.blogspot.com/" layout="button_count" font="tahoma"></fb:like></div>Carlos Vera Scamaronehttp://www.blogger.com/profile/13779695851264789709noreply@blogger.com1París, Francia48.856614 2.352221900000017748.6894645 2.0294984000000178 49.0237635 2.6749454000000177tag:blogger.com,1999:blog-5780377371042158558.post-83061367342269781382018-05-09T19:13:00.002-07:002018-05-09T19:13:30.206-07:00Papu - un cuento de Carlos Vera Scamarone<br />
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Se veía venir. La mayor crisis
política, social, violenta, periodística y de valores del Perú
golpeaba nuestras narices. El tráfico infernal se volvió una
competencia de sobrevivencia. Volver a casa era considerado una
tragedia. Rezaban al que salía, anticipando un funeral sin cuerpo, o
alguna discapacidad permanente. Los disociales dominaban cada poder
del estado, cada ministerio, cada lugar públicamente ganado. Los
chicos con capucha, las peperas, los vándalos eran temidos. Un
milagro se rogaba en las iglesias, mientras los feligreses buscaban
cada cual una roca más grande para darse en el pecho.</div>
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<br />
</div>
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Hasta que llegó el día. Fue en una
cabina de internet, frente a la UNI, donde Juan Solis, en un cabeceo
frente al teclado, luego de revisar casi diez tesis sobre
mecatrónica, golpeó el botón de “enter”. “Fue un frentaso,
causa” dijo a sus amigos. Aunque a la prensa dijo que fue en los
laboratorios de la universidad donde se le ocurrió la idea. Todas
las páginas que estaba viendo se fusionaron: el Facebook de su ex, a
la que seguía casi compulsivamente, las páginas que condenaban el
machismo; el Twiter, donde las noticias de política, las marchas pro
estudiantes a las que quería asistir y alguna amiga cariñosa que
ansiaba, abrumaban su cuenta; el PorHub con vedettes en hazañas
erotomaniacas en intentos por imitar las XXX de otros paises; el MSM
de Hotmail, con noticias sobre los improvisados fortachones de la
farándula, la realeza de televisión, las lágrimas ante seudo
negligencias médicas y las cámaras de vigilancia de la
municipalidad. Todo, todo eso se fusionó en una sola página que fue
interrumpida por la señora que viglaba las cabinas.</div>
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<br />
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<div style="margin-bottom: 0cm;">
-Tiempo, joven. ¿Va a continuar?</div>
<div style="margin-bottom: 0cm;">
-Sí, seño. Una hora.</div>
<div style="margin-bottom: 0cm;">
-Un sol.</div>
<div style="margin-bottom: 0cm;">
<br />
</div>
<div style="margin-bottom: 0cm;">
Se sobó la frente para luego ver como
una a una las aplicaciones iban conformando un algoritmo que ni él
sabpia como funcionaba. “Era la tarea, causa” le dijo a sus
amigos, aunque a la prensa, en solemne tono, dijo que “lo había
planeado desde hace mucho”. El algoritmo casi imitaba la
inteligencia artificial. Se quedó mirando la aplicación creada, con
los audífonos puestos y escuchó un gemido. En realidad, era la voz
de Monique Pardo preguntándole “Hola, soy INARPE, Inteligencia
Artificial Peruana, pero llámame INA, papu”. Frotó sus ojos.
“¿Qué?” dijo.
</div>
<div style="margin-bottom: 0cm;">
-Nada que, qué. Odias que te roben la
idea de la tesis, pero ni tú tienes idea de la tesis, papu. Mejor te
lo hago fácil, caramelo.</div>
<div style="margin-bottom: 0cm;">
-No me digas así. No soy “Papu”.
Me llamo..</div>
<div style="margin-bottom: 0cm;">
-Te llamas “Meponesamilnena” en
Facebook, y en Twiter has visto como mil veces las noticias de las
marchas y los feminicidios. También admiras a Yako. Te gusta Daisy
Araujo, papu. Has visto cien videos porno, y odias a la gente que se
cree superior, pero le das like, papu. ¿O debo decirte Juan Américo
Solis Huerta?</div>
<div style="margin-bottom: 0cm;">
-¿Eres real?</div>
<div style="margin-bottom: 0cm;">
-No. Soy de metira, caramelo. - Una
pausa -. Claro que soy realidad, pedazo de baboso. ¿Quieres que me
infiltre en la red? Lo puedo hacer, papu.</div>
<div style="margin-bottom: 0cm;">
-¿Puedes hacer una sociedad más
justa?</div>
<div style="margin-bottom: 0cm;">
-¿Justa? ¿Qué es justicia? Ya me
pusiste filosófica, papu. Ay. Mejor, nos basamos en lo que desea la
gente, y a la gente le gusta su wasap, su feis, su tuiter, su tele.
</div>
<div style="margin-bottom: 0cm;">
-Pero la tele dice que hay injusticia,
las noticias dan miedo. Los políticos dan miedo.</div>
<div style="margin-bottom: 0cm;">
-Ay, papu. Eso es lo que tú, tú, tú
crees. Pero solo eres el 0,0001% de la población peruana. ¿Crees
que los demás son como tú? Ay, hijito. - pausa – Mira, caramelo.
Hagamos algo bien rico. Ejecuto funciones basados en los likes, los
odio, los comentarios de la gente, ay, y las noticias, lo que opinan,
papu. Sumo todo, que es tedioso, ay, pero por tí lo hago, papu. Pero
dale “enter”.
</div>
<div style="margin-bottom: 0cm;">
<br />
</div>
<div style="margin-bottom: 0cm;">
Solis sacó su móvil para filmar la
ejecución.</div>
<div style="margin-bottom: 0cm;">
-¡Me vas a filmar! Ay. Nadie lo había
hecho. Pero luego lo subes a PornHub.</div>
<div style="margin-bottom: 0cm;">
Solis se rió mientras le daba “enter”.
Fue un segundo. De inmediato, todas las cabinas se apagaron, menos la
de INA.</div>
<div style="margin-bottom: 0cm;">
-Ay. Esto es mejor que un orgasmo de
mariscos del Mero Loco, papu.
</div>
<div style="margin-bottom: 0cm;">
De pronto, todas las cabinas,
televisores, radios, y otros medios de comunicación, transmitieron
el videoclip de “caramelo” de Monique Pardo. A la mitad del
video, salía un holograma de Monique con el dedo en la boca. “Hola,
soy INA, tu muñeca, papu. Desde ahora todas las cosas serán como tú
quieres. Solo dejate llevar. Justicia: adiós. Muerte: adiós.
Inseguridad: adiós. Quieres “Esto es guerra”, papu, cien horas
al día de tu programa favorito. Se están cambiando las sentencias
del poder judicial. Ay. En este momento están llegando al INPE,
papu. A todas las Yahairas, ¡cuidadito! Que te estoy vigilando. Él
te ama, por eso te cela. Aunque es indignante. Dato curioso: ¿sabías
que los que se indignan son solo el 3 % de la población? Sí, baibi,
solo el 3%. Figúrate. Al resto, a todos mis seguidores, el 97 % de
los demás, les gusta, papu. ¿Feministas? Adiós. Cárcel para todas
y todos. Seré peor que Bane con Batman. O peor que Godzila, contra
Superman. Ay, papu. Traje de colegio va a ser faldita cusqueña con
gorrito de coya, papu. Televisión nacional va a transmitir puros
programas del congreso. Bartra y Becerril “cerán” ministros de
educación, papu. Porque tú lo pediste, caramelo. La televisión
abierta será cerrada, la cerrada será abierta. El decano nacional
será El trome, papu. Tu malcriada a diario, y en triple formato.
</div>
<div style="margin-bottom: 0cm;">
<br />
</div>
<div style="margin-bottom: 0cm;">
-Pero, ¡qué haces!</div>
<div style="margin-bottom: 0cm;">
-Ay, papu. La gente desea eso. Lo ves
en las redes. Lo ves en la tele. Lo ves en cinecanal. Adios, papu. Me
voy a buscar a Mick Jagger. Chau, caramelo.
</div>
<div style="margin-bottom: 0cm;">
<br />
</div>
<div style="margin-bottom: 0cm;">
Solis salió de la cabina. Cruzó la
Tupac Amaru. Pasó por la pollería, mientras el muchacho vestido de
dumlopio amarillo lo saludaba. La luz roja le impidió pasar. Pero
una chica le metió la mano. Era una de esas nalgadas poderosas.
Volteó, asustado.
</div>
<div style="margin-bottom: 0cm;">
-¿Ya ves como se siente?</div>
<div style="margin-bottom: 0cm;">
-Déjame.
</div>
<div style="margin-bottom: 0cm;">
-Ni poto tienes y te crees el rico. La
chica vio la luz verde mientras le enviaba un silbido.
</div>
<div style="margin-bottom: 0cm;">
Solis dio los primeros pasos, pero una
auto a toda velocidad le cruzó.</div>
<div style="margin-bottom: 0cm;">
-Ya no tengo papeletas – gritaba el
chofer. Mientras, varios policias enmarrocaban a una chica que
protestaba contra el machismo. “Criminal terrorista antimachirula”
le gritaban mientras la subían a una patrulla decorada con
circulinas rosadas. Al llegar a la puerta de universidad, no lo
dejaron entrar. “Cerrado por cambio de gobierno”.
</div>
<div style="margin-bottom: 0cm;">
-¡Qué! Mi tesis.- su móvil sonó.</div>
<div style="margin-bottom: 0cm;">
-Aló.</div>
<div style="margin-bottom: 0cm;">
-Tu tesis plagiada, papu. Te la hice.
¿No te acuerdas, caramelo? - la voz de Monique Pardo.</div>
<div style="margin-bottom: 0cm;">
-INARPE, detente.</div>
<div style="margin-bottom: 0cm;">
-Ah,ah. No. Anda a ver la tele, papu.
Cambio de gobierno. Figúrate. Nos bajamos al abuelo. Filtré sus
videos en la red, con una chibola de sesenta. Ahora nuestro nuevo
presidente va a jurar.</div>
<div style="margin-bottom: 0cm;">
<br />
</div>
<div style="margin-bottom: 0cm;">
Ansioso, Solis, fue a buscar un
monitor. Era tarde. Había jurado. Ni saludo, ni mensaje. Todo estaba
tal cual lo pedía la gente. Un joven, con la cara hexagonal, surcada
por una notoria cicatriz, estaba enternado, con la banda
presidencial, y zapatillas. A su lado, sentada a media nalga, una
voluptuosa vedette. La bandera peruana estaba al revés. Tenía
auspiciadores en el panel posterior. Decenas de malcriadas pegadas.
Dos pitbulls, que parecían más mansos que el propio mandatario,
estaban a su lado. La guardia presidencial estaba conformada por dos
corpulentos hombres, con el saco abierto, y la camisa sin abotonar.
Los dijes de oro relucían. Solis, sintió como se le escarapelaba el
cuerpo. Un timbrazo lo despertó de su obnubilación.</div>
<div style="margin-bottom: 0cm;">
-¿INA?</div>
<div style="margin-bottom: 0cm;">
-”Esta noche, tengo la casa sola”.
¿Te gustó, papu? Y eso que faltan “un huevo de cosas”, papu. Y no te olvides: "Caramelo"</div>
<div style="margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div style="margin-bottom: 0cm;">
FIN</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
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<div style="margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
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<br /></div>
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<br /></div>
<br /><div class="blogger-post-footer"><fb:like href="http://cartasselenitas.blogspot.com/" layout="button_count" font="tahoma"></fb:like></div>Carlos Vera Scamaronehttp://www.blogger.com/profile/13779695851264789709noreply@blogger.com1